Apenas el 2% del presupuesto de Educación es para infraestructura

En los últimos doce años el presupuesto para Educación se ha incrementado de manera gradual, partiendo del 2005 con cerca de US$ 300 millones, superando la barrera de los US$ 1.200 millones en 2016. Sin embargo, de ese presupuesto apenas el 2% va para infraestructura. La inversión en infraestructura escolar del país tiene un déficit de US$ 871 millones, mientras que el presupuesto de Educación supera los US$ 1.200 millones, de los cuales el 80% se destina al pago de salarios y apenas un 2% a inversión de infraestructura, debido a que en teoría este aspecto debía ser cubierto por la Ley de Fonacide. La ley del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), promulgada en el 2012 y vigente desde entonces, ha sido un fracaso desde su concepción, ya que se estableció la repartija de la torta con base en la ley de royalties, que asigna más recursos a las zonas afectadas por la represa y no a las necesidades de la Educación. Para superar la crisis de infraestructura que vive el país se necesitará un presupuesto similar al de la cartera de Educación, incluso descontando los US$ 364 millones que se disponen para inversión en infraestructura provenientes del Fonacide (US$ 239,4 millones), con graves falencias en su ejecución, principalmente por hechos de corrupción sin condena alguna desde el 2012; del Fondo para la Excelencia para la Educación y la Investigación (FEEI) (US$ 110,9 millones), con retrasos; y otras fuentes de financiamiento (US$ 13,7 millones) por canje de deuda, donaciones de la Unión Europea, entre otros. El ministro de Educación, Enrique Riera, mencionó en varias ocasiones la competencia desleal de grupos políticos que “no quieren que se avance en la ejecución de las licitaciones si no tienen su tajada por lo cual constantemente ponen palos en la rueda”. (Abc Color – 28 de febrero de 2017).